En este periodo Congresal han habido 2 instituciones a las que constantemente se ha querido eliminar funciones o permitir acciones que truncarían los avances logrados por reformas positivas que costaron mucho trabajo. Hablamos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). La aprobación de comisiones investigadoras que no hicieron más que justificar intereses particulares, proyectos de ley que creaban nuevas universidades sin sustento técnico alguno, iniciativas que petardeaban la reforma del transporte y nos condenaban al caos de la cultura combi, y diversos golpes similares intentaron traer abajo todo el progreso logrado.

Ha sido un año y medio en el que constantemente defendimos, en comisiones y en los plenos, la institucionalidad y la formalidad, logrando paralizar la mayoría de estas propuestas lesivas. Sin embargo, no hubiéramos podido haberlo hecho sin la vigilancia ciudadana, en la que muchas personas se sumaron desde distintos espacios para hacer escuchar su voz de protesta, defendiendo lo que es suyo.

No cabe duda que en el próximo Congreso regresarán este tipo de iniciativas, es por eso que la ciudadanía debe estar siempre atenta de lo que los congresistas intentan aprobar en las comisiones o en los plenos. Ya quedó demostrado que con presión a las personas y espacios correctos todo se puede lograr.